Independientemente del resultado de las elecciones de este año, Estados Unidos tendrá un nuevo presidente dentro de unos meses. Aunque hay innumerables cuestiones de mayor importancia que los vuelos espaciales para la mayoría de los estadounidenses, el nuevo líder del país inevitablemente dará una nueva mirada a la política espacial de la nación.
Apoyar el plan Artemis de la NASA para devolver humanos a la Luna debería estar entre las principales prioridades de la próxima administración. Este ambicioso e importante programa cumple ahora media década y, aunque los objetivos generales siguen teniendo un buen apoyo en el Congreso y la comunidad espacial, existen algunas grietas preocupantes en sus cimientos.
Estas cuestiones incluyen:
- El primer vuelo tripulado de la nave espacial Orion, un vehículo que lleva dos décadas en desarrollo, sigue en duda debido a las preocupaciones sobre el escudo térmico.
- No hay una fecha fiable para la primera misión de alunizaje. Oficialmente, la NASA planea enviar una misión Artemis III a la Luna en septiembre de 2026. ¿Oficialmente? Sea real. No sólo debe resolverse el problema del escudo térmico de Orión, sino que es poco probable que tanto el módulo de aterrizaje lunar (la Starship de SpaceX) como los trajes espaciales (fabricados por Axiom Space) estén listos para entonces. Es probable que 2028 sea una fecha realista y no anterior.
- Los planes de la agencia espacial después de Artemis III se vuelven más complejos. La misión Artemis IV incluirá nominalmente el debut de una versión más grande del cohete Space Launch System (SLS) de la NASA, una nueva torre de lanzamiento y una parada en una nueva estación espacial cerca de la luna, Lunar Gateway.
- Cada vez hay más pruebas de que China está invirtiendo recursos en un programa lunar creíble para enviar dos astronautas a la Luna para 2030, buscando una “victoria” geopolítica al derrotar a Estados Unidos en su regreso a la Luna.
El presupuesto plano o incluso reducido de la NASA exacerba todos estos problemas, y es poco probable que la agencia espacial obtenga aumentos significativos en el corto plazo. Por tanto, el problema fundamental del programa Artemis es que la NASA está intentando hacer demasiado con su programa de espacio profundo con muy pocos recursos. Ya hemos visto evidencia de que la NASA desmanteló sus programas científicos (incluidos importantes recortes en el telescopio espacial Chandra y la cancelación de la misión VIPER) para respaldar los crecientes costos de Artemis.
Si la agencia continúa por este camino, como una rana en agua hirviendo, el programa Artemis probablemente terminará en un fracaso.
plano sencillo
Afortunadamente tengo una solución. Puede que sea políticamente impopular y hay perdedores. Entre los más grandes se encuentran Boeing, SpaceX y dos centros de campo de la NASA, el Centro Marshall de Vuelos Espaciales y el Centro Espacial Johnson. Sin embargo, si Artemis quiere tener éxito, se deben tomar decisiones difíciles.
Para los responsables de la formulación de políticas, aquí están en juego dos objetivos estratégicos. La primera es perder la carrera geopolíticamente importante contra China, Rusia y sus socios y regresar a la luna en el siglo XXI. El segundo es sacrificar un programa lunar sostenible por uno que sea insostenible a largo plazo.
En este contexto, estas son las principales opciones políticas que creo que deberían tomarse para apoyar el programa Artemis en el corto y largo plazo:
- Cancelación de la Puerta Lunar
- Cancelar la actualización del Bloque 1B para el misil SLS
- Designó Centaur V como la nueva etapa superior del cohete SLS.
Eso es todo en pocas palabras. Siga leyendo para obtener más detalles.
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